Varanasi - La ciudad de la vida y la muerte

12.6.11 Esther Crespo



Amanece la ciudad sacrosanta de la India y la vida de sus gentes se despierta a orillas del Ganges. Las escalinatas que descienden hasta el río se cubren de frenética actividad cotidiana. Mujeres envueltas en coloridos saris practican sus abluciones matutinas sumergiéndose en el agua purificadora. Hombres con el dorso desnudo enjabonan sus cabellos o lavan sus dientes, ávidos de sentir el contacto del agua sagrada. Ancianos centenarios meditan en posición yóguica emitiendo sus rezos o leyendo textos sacros. Corretean los niños por las escalinatas entre perros, cabras o vacas que dormitan. Comerciantes de todo tipo emprenden sus quehaceres cortando cabellos, limpiando oídos, haciendo masajes, prediciendo el futuro, vendiendo flores, te o comida…

Atardece mientras se abren paso los ritos de cremación. El olor de incienso se confunde con el de hierba utilizada por santones que en estado de meditación, elevan su presencia. Los sonidos envolventes de los cortejos fúnebres ronronean a ritmo de mantra entre oraciones y cantos mientras esperan su turno. Sobre las piras de madera de sándalo, las llamas del fuego purificar dejan entrever los sudarios rojos, blancos y oro de los cuerpos que arden. El calor y el humo de las piras funerarias envuelven el espacio al tiempo que pétalos de rosa acompañan las cenizas arrojadas al río avanzando en el tránsito ceremonial.

Los Ghats, convertidos en un hormiguero de movimiento, permanecen impertérritos enlazando la vida y la muerte.

Escrito para el proyecto “Una Babel de Ciutats” de Espiral Literaria